ADICCIÓN Al Trabajo! Un riesgo para la salud
Uno de los síntomas de la adición al trabajo es que él ve su comportamiento con normalidad, e incluso piensa que es visto como una persona admirable por ello.
Sociales y familiares, con el único fin de priorizar sus metas y resultados laborales.
Ahora, la competitividad en los diferentes rangos y las limitadas plazas en cargos específicos generan una lucha de poderes que lleva a muchos trabajadores a convertirse en «worko-holics», que son quienes de forma gradual van perdiendo estabilidad emocional y se convierten en adictos al control y al poder, en un intento por lograr el éxito.
Una de las principales formas de detectar si una persona se está volviendo adicta al trabajo es cuando se manifiestan comportamientos compulsivos y excesivos por trabajar la mayor parte de su tiempo, dejando de lado su vida familiar. Ejemplos de esto son jornadas de trabajo extensas, dedicación laboral durante fines de semana o espacios de ocio, ansiedad y preocupación excesiva por tareas pendientes.
Uno de los primeros síntomas de un adicto al trabajo es precisamente que él ve su comportamiento con total normalidad, e incluso piensa que puede verse por sus compañeros y jefes como una persona admirable.
Cuando la vida de una persona gira alrededor del entorno laboral, por encima del ámbito social y personal, se evidencia un claro síntoma de adic-ción al trabajo. «Otra forma de reconocer este tipo de comportamientos es cuando una persona busca a toda costa tener control y poder en su trabajo, con el objetivo de conquistar el éxito de una manera acelerada. Por otro lado, la adicción al trabajo se puede evidenciar también en síntomas físicos y emocionales, en los que trabajar se vuelve en una necesidad, llegando incluso al punto de convertirse en una obsesión.
A propósito de estas señales, la sicóloga española Marisa Bosqued, autora del libro ‘Que no te pase el trabajo’, experta en comportamiento humano, cataloga en tres grupos los síntomas de los adictos al trabajo. El primero es el de los cognitivos o mentales que se caracterizan por la ansiedad, la irritabilidad, la depresión, la necesidad creciente de trabajar más y la preocupación constante por el rendimiento laboral.
Otro grupo de síntomas son los fisiológicos, que se reflejan en el estrés, el insomnio e incluso la hipertensión arterial y el aumento de las posibilidades de sufrir enfermedades vasculares. El tercer grupo son los síntomas de comportamiento como la necesidad casi compulsiva de realizar listas de cosas por hacer y de anotar en la agenda hasta el más mínimo detalle, así como la incapacidad de estar sin trabajar durante un periodo prolongado sin experimentar ansiedad, inquietud e irritabilidad.
Por otra parte, la sicóloga Bosqued asegura que este trastorno se presenta con más frecuencia en hombres que entre mujeres, y primordialmente en la clase media. La edad más habitual para que se produzca es entre los 40 y los 50 años. Según Bosqued, estos adictos se catalogan en tres grupos:
El complaciente, que es menos ambicioso y más sociable que los otros adictos. Para este, la aprobación del jefe y de los compañeros de trabajo es su motivación.
De otro lado está el controlador, que es independiente y ambicioso, y odia perder el control.
Y está el narcisista controlador, que es egocéntrico y posee una personalidad desequilibrada que puede llegar incluso a la despersonalización.
Tomado de: https://www.crehana.com/blog/gestion-talento/adiccion-al-trabajo/
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