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Hábitos para disminuir el estrés

Hábitos para disminuir el estrés

https://www.eltiempo.com/salud/conocer-la-salud-mental-maria-elena-lopez-43074

Comprender el origen del mismo aminora su intensidad y permite desarrollar cierto control sobre él.

María Elena López*Especial para EL TIEMPO

El estrés es una de tantas reacciones normales que te­nemos para enfrentar las vi­cisitudes de la vida, pero se ha convertido en una res­puesta permanente o una for­ma habitual de reaccionar a los diferentes eventos del día adía.

Esto impacta de manera nociva el organismo, genera un gran desgaste y afecta su funcionamiento general. A pesar de que cada vez tene­mos más información sobre sus causas y consecuencias, sigue siendo un tema de pre­ocupación. Aprender a manejar el estrés implica emprender acciones reales orientadas a fortalecer y es­tablecer hábitos de vida más satisfactorios, que lleven a controlar y bajar la tensión que generan las diferentes si­tuaciones tanto internas co­mo externas a las que están expuestas todas las perso­nas.

Disminuir el estrés es una tarea diaria. No hay un úni­co método que funcione siempre y para todas las per­sonas. La suma de muchas actitudes coordinadas puede contribuir a que las situacio­nes estresantes disminuyan su impacto y produzcan una serie de efectos positivos que aumentan el bienestar y equilibren la vida.

Vivir Pausadamente

Tomarse las cosas con más calma es una opción que lleva a replantear el pa­radigma de que el afán y la prisa son sinónimos de efi­ciencia y productividad, de inteligencia y capacidad, y que estamos abocados a vi­vir a la carrera porque el mundo de hoy solo funciona de esta manera.

En realidad lo que mu­chas investigaciones mues­tran es que hacer varias co­sas al tiempo produce fatiga, que puede volverse crónica e interferir con el equilibrio de todo el sistema. Con el es tres continuo aparecen la irritabilidad, el cansancio y el agotamiento, por eso es preciso trabajar de manera razonable, fijar metas realis­tas, cuidar que las responsa­bilidades no desborden, dele­gar a otros, bajar el ritmo y manejar con más tranquili­dad las presiones de la vida diaria.

Comer y dormir bien

Cada vez hay más concien­cia de que cuidar la salud fí­sica, que implica dormir bien, hacer ejercicio con re­gularidad, tener una alimen­tación balanceada y comer pausadamente, en incluso, respirar deliberadamente lento y profundo, meditar y estirarse, hacen parte funda­mental de reducir la tensión nerviosa, además aumentan la sensación de tranquili­dad.

Identificar el origen

Comprender el origen del propio estrés disminuye su intensidad y permite adqui­rir cierto control sobre él.

La tarea es descubrir qué es lo realmente estresante para cada uno en una situa­ción específica y por qué.

Lidiar Situaciones Dificiles

Las grandes dificultades, como la falta de plata, una enfermedad o la pérdida de un ser querido generan altos niveles de estrés. Frente a ellas es importante analizar los costos y beneficios de cada situación en particular, concentrar la atención en los aspectos sobre los que sí se puede tener control, y disminuir la preocupación acerca de las cosas que están fuera de nuestras manos. Buscar soluciones, creer que la situación no es inmanejable y hacer un inventario de recursos con los que se cuenta para manejar la situación, son acciones proactivas que llevan a reducir la adversidad.

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